Por Alejandro J.Garcia
Asciatividad, Consultoría&Valores
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En el tiempo histórico que nos toca vivir, disfrutamos o sufrimos la visión de estadista de nuestros dirigentes o la falta de ésta respectivamente. También sabemos que, nuestro “modelo” de vida ha generado un sinnúmero de situaciones de cuyas consecuencias no somos total y masivamente conscientes.
Las energías fósiles han posibilitado la transformación de la revolución industrial en el capitalismo de mercado que aún se sostiene cómo “sistema” de sostén económico de ese “modelo” de vida citado, ahora consustanciado con ese “modelo” de gestión de recursos.
Pero el poder implícito en la economía de escala mundial de las pocas empresas que han dominado el escenario comercial y productivo mundial de petróleo, gas y carbón, han generado prácticas sociales perversas a lo largo y ancho del mundo (en especial en América y el Medio Oriente), como lo son la corrupción de gobiernos para lograr las concesiones de vastas zonas petroleras o lisa y llanamente la financiación de golpes de estado, guerrillas y casi cualquier acción que sea necesaria para llevar adelante los negocios energéticos conexos.
En la última década del siglo XX, principios del XXI, vimos cómo se “creaban” escenarios bélicos mediáticos que luego concluían con acciones militares masivas y exterminantes cuyo resultado final era: controlar el petróleo, el gas, su transporte o darles grandes contratos para la reconstrucción de lo destruido a empresas globales de servicios petroleros.
Todos vimos la Guerra del Golfo casi como una película… pero fue real; la invasión de Irak; de Afganistán, entre otros territorios flagelados.
¿Esto era necesario? Es un efecto colateral del sostenimiento del “modelo” y fuimos todos cómplices? o esto es parte de un minoría que desea conservar el poder y por eso necesita este “modelo”?
La patria empresaria (o la patria de los oportunistas)
A nivel local, como Nación creamos una petrolera estatal, la supimos hacer primero que otros, luego la corrompimos hasta hacerla ineficiente y una caja para transferir recursos del sector público al privado (no voy a citar empresas y empresarios que son famosos y considerados exitosos por nuestra sociedad, cuando en realidad fueron corruptores beneficiarios de los manejos de una empresa pública que pagaba el petróleo a sus operadoras a nivel internacional, cuando éstas extraían el mismo a costos locales; empresarios asociados con militares como el caso de Papel de Tucumán y Aluar; o empresarios que recibieron a finales de la década del 80 “donada” por el Estado “bobo” , a través del BANADE, la fábrica más moderna de tubos de acero sin costura, casualmente proveedora de la industria del petróleo; así podríamos seguir la lista hasta la facilitación por parte de un ex presidente de la adquisición accionaria de una petrolera a manos de un empresario –que adquirió el porcentaje de esa petrolera- con una empresa española de su propiedad –aunque la operación que fue mediáticamente promocionada cómo una especie de “renacionalización”… )
Así que, en principio, voy a hacer una distinción semántica: no me refiero a éstos cuando hablo de “empresarios; a esos los llamo por su nombre, son “oportunistas” y sus patrimonios deberían ser “expropiados” por ser fraudulentamente habidos (aunque con prácticas formalmente legales).
El empresario
Los empresarios son aquellos que tienen la visión y la capacidad de tomar iniciativa y riesgo, emprender una actividad, transformar una idea en algo fáctico, sustentable y sostenible en el tiempo.
Pueden o no tener el capital, pero tienen el carácter.
Son los coordinadores de las fuerzas productivas latentes de una sociedad; son quienes tienen la capacidad creativa y de planificar para realizar un esfuerzo sostenido en el tiempo para lograr sus objetivos.
Tiene por ende, quien se considere empresario, un fin social y no un objetivo meramente rentístico.
Hoy, un empresario debe ser un instrumento para el desarrollo personal de sus colaboradores, debe velar por el medio ambiente, realizando las prácticas que mejor lo preserven, evitando generar pasivos ambientales así como debe promover la investigación y desarrollo para mejorar tanto la calidad de su producto o servicio, las prácticas laborales y la ingeniería de productos y procesos.
Un empresario puede “ser” Pyme, es decir su condición no es un estado transitorio sino la esencia que define su espíritu frente a los desafíos y el riesgo.
Si se define entonces como que “Es”, implica, por ende, que hasta aquí se siente competente; no le interesa ir más allá. Por otro lado puede haber empresarios que “están” Pyme, pero no son ni piensan como Pymes, sólo hoy “está” Pyme, su tamaño transitorio, pero pueden tener el carácter y la capacidad para crecer.
Los objetivos de un empresario para el siglo XXI debieran ser desarrollarse y expandirse, pero no primordialmente por el deseo de “ganar” más en términos de beneficio, sino poder ver su potencial transformado en acto…crecer también entonces implica desarrollarse y este desarrollo personal no sólo debe ser medido en términos materiales.
Se mide en la satisfacción de conseguir los objetivos planteados, en sostenerlos y que el resto de la sociedad “consuma” lo que orgullosamente el empresario puede generar con su “empresa”.
Cuando esto se logra, además, los clientes internos y los externos, se “identifican” con quien les brinda el servicio o elabora el producto.
El empresario “compite”, no en un escenario bélico cómo usualmente se quiere mostrar al mercado sino, frente a sí mismo y a la sociedad para demostrar su propia “competencia” en términos de habilidad, para hacer el mejor servicio o elaborar el mejor producto.
¿Que tipo de empresarios “crea” la sociedad?
El ser humano tiende a realizar el menor esfuerzo para obtener su mayor satisfacción… Sí, es lógico pensar que una sociedad cuyos dirigentes son medianamente ineptos para todo servicio, menos el de “hacer de político”, generarán un Estado no sólo ineficiente sino además corrupto, y tratarán de utilizar al Estado como trampolín para sus negocios personales (negociados en realidad)…así necesitarán empresarios cómplices en todos los rubros en los que el Estado compre… y en particular en la construcción, en donde es más sencillo “blanquear dinero”.
Por eso en nuestro país (pero en España, por ejemplo pasa algo similar), las constructoras, en particular las regionales, están siempre asociadas con los políticos provinciales con la obra pública…es más, a veces hasta escalan a nivel nacional cuando el gobernante o funcionario de turno “llega” a esa jurisdicción…
Estos, en realidad no son empresarios tampoco, son oportunistas amparados por los políticos y los inexistentes sistemas de control del Estado (sean del ámbito municipal, provincial o nacional)…
Luego están los empresarios cuyos productos son adquiridos por la población sin intermediación del Estado. Estos, en ocasiones, se ven atacados o perseguidos por los distintos organismos públicos a fin de obtener rédito mediático o algún tipo de soborno… persecución que obviamente no realizan con quienes sí están claramente en infracción pero son “amigos”…
Estos son los empresarios que quieren a veces progresar pero que no saben si esta sociedad a través de este Estado no los desalentará o perseguirá como si fuesen culpables de algo…mientras ven cómo otros, los oportunistas, se llevan la tajada del león.
Por lo tanto, parecería que la sociedad es como la víbora que se muerde la cola. Nos quejamos de lo que nosotros mismos formamos en nuestro seno, en nuestras familias, en nuestras universidades, en fin…somos nosotros los que debemos cambiar el “modelo” , educar individuos en y con valores : para ello, debemos cambiar cada uno de nosotros.
También los empresarios…son seres humanos…su rol social es “ser empresario”… ser competente y honesto deberían ser sus valores rectores…
El rol social del empresario
Dije en un párrafo anterior que “ser empresario” es ocupar un rol en la sociedad, hacerlo de manera honesta y competente es lo que debe hacer que el mismo pueda o no hacer sostenible y sustentable a su empresa.
Pero el empresario (aquí me voy a ganar algunos abucheos de los profesionales que se dedican a la “Responsabilidad Social Empresaria”), no debe hacer escuelas ni brindar asistencia social, ese es un rol del Estado, y es el Estado quien debe hacerlo considerando las prioridades que como comunidad tenemos.
Quiero decir que desde el punto de administración de los recursos involucrados, nunca la RSE privada puede suplir el rol del Estado y el uso de recursos con fines paralelos o supletorios del rol del Estado es ineficiente.
Ahora bien, esto significa que en las empresas no deberían existir sectores vinculados a las RSE…no…A mi criterio deberían cumplir otro rol: el mismo sería verificar que los valores empresarios implícitos en las leyes se cumplan, tanto para los clientes externos como externos.
Ud. qué tipo de empresarios cree que es? O, si no es empresario, ¿ qué tipo de empresario reconoce en su comunidad?