Cuando todo indicaba que hoy se iba a firmar el acuerdo entre YPF y las empresas interesadas en la operación de las áreas que dejará en el norte de Santa Cruz, la reunión que se desarrollaba en Buenos Aires terminó de la peor manera, en la que algunos testigos relataron a ‘El Caletense’ que «casi terminan a las trompadas».
Una caliente reunión se vivió en la sede de YPF en Buenos Aires, de la que participaban el gobernador Claudio Vidal, el presidente de la operadora, Horacio Marín y representantes de las empresas que iban a hacerse cargo de la operación, encabezadas por CGC.
El encuentro se había convocado para firmar los acuerdos pertinentes al traspaso de áreas, que la operadora viene llevando adelante en todos los campos maduros del país, pero que en Santa Cruz tuvo algunas particularidades.
Después de varias semanas de negociaciones, la fecha elegida para la firma era este viernes. Mientras, sigue llevándose adelante el programa de ‘retiros voluntarios’ para reducir en 2.500 la cantidad de operarios que trabajan en las 10 áreas que serán cedidas, de los que hasta ahora se completaron alrededor de 1.500.
Sin embargo, por motivos por ahora poco claros, pero que tendrían que ver con alguna desinteligencia de último momento, la discusión comenzó a subir de tono, entre el presidente de YPF y representantes de las otras empresas, hasta que finalmente, el temperamental ejecutivo petrolero (en más de una reunión se le escuchó el tono de ‘compadrito’) habría estado a punto de agarrarse a trompadas con uno de los interlocutores, lo que motivó que fueran separados.
«Marín no dio las razones por las que decidió volver todo para atrás, pero dijo que ahora tiene que repensar algunas cosas y quedó toda la negociación en fojas cero, parece que no entiende nada del negocio petrolero», dijo ante El Caletense uno de los circunstanciales testigos del papelón.
Por ahora, se desconoce si la operadora seguirá llevando adelante el traspaso de áreas al grupo de empresas encabezado por CGC, o bien si volverá a avanzar en la reversión, o sea la devolución de las concesiones a la provincia, para que ésta se encargue de operarlas a través de Fomicruz, que también podría licitarlas nuevamente.
Cuáles eran las empresas interesadas
El acuerdo que se había alcanzado en las últimas semanas, que ahora quedó roto, establecía que la Compañía General de Combustibles (CGC) se iba a quedar con la operación de las áreas Cañadón Seco, Cañadón León y Meseta Espinosa. Por otra parte, una UTE entre Clear y Neuss aspiraba a operar Cañadón La Escndida y Las Heras-Los Perales.
El reparto incluía tambián a la firma ALPA Ingeniería, con los bloques ‘El Destino’, Koluel Kaike, Pico Truncado y El Cordón.
Además, Crown Point aspiraba a controlar El Guadal 1, Loma del Cuy y Cerro Bayo, mientras que Roch se haría cargo de la operación de El Guadal 2, Cañadón Yatel y Cerro Guadal.
Días atrás, el gobernador Claudio Vidal había anticipado que vendrían «días difíciles y de mucho tire y afloje», tras haber mantenido una reunión con Horacio Marín, a quien cuestionó por acuerdos incumplidos.
“Los santacruceños no tenemos la culpa de la utilización de YPF para campañas electorales -había dicho el gobernador-. Se generaron falsas expectativas con anuncios millonarios que nunca se cumplieron y hoy estamos enfrentando las consecuencias”.