Por Raúl Figueroa) Recientemente, desde la operadora PAE se realizó un reconocimiento a la familia de José Dunaj, fundador de lo que hoy es la empresa J.D. S.R.L, que realiza servicios topográficos en el rubro petrolero; aquel pionero, que se fue físicamente de la vida hace apenas 3 meses pero que dejó una impronta imborrable en quienes lo conocieron y compartieron trabajos con él, fue el responsable de la marcación del primer pozo petrolero en el área de Cerro Dragón, contratado en aquel momento por la compañía Pan American Oil Company, cuando se iniciaba la actividad impulsada por la política de Arturo Frondizi.
Eduardo Dunaj es el hijo de José y ha tomado la posta, desde hace ya muchos años, en la continuidad de la empresa. En diálogo con Desarrollo, pondera que la firma trabaja hoy principalmente para Capsa y PAE, en un presente de menor intensidad frente a años anteriores, cuando el servicio era requerido con mayor asiduidad por la mayor parte de las operadoras. “Hoy la competencia es más fuerte”, cuenta el empresario con una sonrisa, quien se dispone a evocar la memoria de su padre y el logro de aquellas primeras marcaciones, en las que él acompañó desde muy chico.
“Se hicieron muchas actividades que no se estaban haciendo hasta el momento, tareas inherentes a la profesión que nosotros continuamos desarrollando –afirma-. Fue desde 1957 y 1958 en adelante, cuando mi padre trabajaba para YPF y fue requerido para hacer un trabajo extra de fin de semana, pero después no paró más: cuando su jefe en YPF le preguntó si estaba seguro de lo que hacía, porque dejaba una categoría alta, él le dijo que sí, porque tenía hijos a los que ofrecer un futuro”, cuenta sobre aquella decisión de dar inicio a lo que sería un servicio que por primera vez empezaría a prestarse de forma tercerizada, sentando las bases para la posterior consolidación como empresa.
José Dunaj, nacido en Comodoro Rivadavia un 12 de junio de 1930, se había formado en la “Escuela de Artes y Oficios” de lo que luego sería el actual colegio técnico Deán Funes, con conocimientos de geografía y elementos que le posibilitarían luego completar su formación en el campo de la topografía.
La historia familiar traía un bagaje propio de conocimiento. Don José Dunaj padre, abuelo de Eduardo, había llegado desde la República Checa en la década del 20, con la expectativa laboral que le permitían sus conocimientos de “técnico minero”, única expresión en castellano que supo articular al momento de llegar al puerto de Buenos Aires. Aunque la mención aludía a su experiencia de trabajo en minería de túneles en Europa, los agentes migratorios que lo recibieron no dudaron en enviarlo al sur, algo tendría que ver esa actividad minera con la incipiente explotación petrolera de un lejano pueblo llamado Comodoro Rivadavia.
“Todos llegaban sin hablar español. El hermano de mi abuela, que vino con mi abuelo, era Juan Svoboda –otro pionero, padre de Juan Svoboda a quien la historia local reservaba para décadas después un rol destacado como emblemático dirigente del SUPE-. Ese Juan era técnico en perforaciones dirigidas, también en minería de túneles y fue el que hizo los pozos dirigidos en la playa”, rememora Eduardo.
El pozo número 1
Fue el ingeniero Aristeo Rapallini quien convocó a José Dunaj para “hacer una changuita de fin de semana”, a partir de los conocimientos que tenía por su experiencia de trabajo en YPF, con tareas de dibujo técnico y otros conocimientos sobre el relevamiento topográfico. “Hizo pozos de exploración con unos dibujos técnicos que no se pueden creer para la época”, refiere el entrevistado no sólo con admiración de hijo, sino de colega y conocedor de la profesión. Un cuadro en las oficinas de la empresa certifica aquella habilidad, al mostrar un relevamiento en perfecta perspectiva y un epígrafe que refiere que, ya en la década del 50, José Dunaj anticipaba la tecnología “3D”.
Antes, José había realizado la demarcación de las pistas del aeropuerto General Mosconi, en la década del 50. “La gente no lo sabe, pero entre los extremos de pista hay un desnivel de 28 metros –evoca sobre aquel trabajo Eduardo Dunaj-. Incluso nosotros hicimos una nueva medición para Aeropuertos Argentina 2.000 hace unos años y pensábamos que nos equivocamos en una medición, pero mi padre nos dice no está mal, es así: hay una diferencia de casi 30 metros entre los extremos. Todavía se acordaba con precisión del trabajo, la pista está en un desnivel pero esto no se nota y parece que el avión aterrizara sobre un plano”.
Lejos de la tecnología, a caballo del ingenio y el conocimiento
Parece sencillo hoy relatarlo, pero basta recordar que por entonces se estaba muy lejos de los instrumentos que hoy se conocen para este tipo de tareas. “Incluso si miramos las fotos de la historia de la empresa, vemos que andaban con teodolitos a caballo –recuerda hoy Eduardo José Dunaj con orgullo-; y para tomar un ángulo podía llevar uno o dos días enteros de espera para disectar y avanzar”.
La demarcación del primer pozo del área Cerro Dragón fue en la concesión Valle Hermoso y sería el inicio de una larga trayectoria de trabajo, que comprende más de 7.500 pozos demarcados en distintas concesiones y contratos, ya que junto a Rapallini consolidarían el primer servicio topográfico externo, continuando la actividad más allá de la rescisión de los contratos petroleros adoptada por el gobierno de Illia en 1963.
Un oleoducto de 167 kilómetros en 3 meses
José Dunaj demarcó además el oleoducto Anticlinal Grande-Caleta Córdova: 167 kilómetros… en 93 días! “No había opción de errarle, porque mientras se ponían las estacas, detrás venían topando –relata Eduardo Dunaj-. En esa época no existían GPS ni instrumentos electrónicos, ni calculadoras científicas (faltaban algunos años para las primeras, por entonces se usaba una regla de cálculo) ni, mucho menos, computadoras. Como no había un sistema de referencia confiable para poder posicionarse, era necesario utilizar la azimut del sol: con la hora exacta y la altura del sol, uno obtiene la posición donde está parado sobre la tierra, con la latitud y longitud, un método que utilizaban los navegantes. Con el sectante, el teodolito y un filtro, aplicando este método se obtenía la posición. Entonces para llevar el rumbo, había que controlar permanentemente con el sol… si estaba nublado, era más complicado –bromea el hijo de don José, aquel legendario pionero de la actividad topográfica, conocido también en el ambiente como “Canario”-. Además llevaba un sistema de coordenadas propio y no hay dudas de que se llegó al punto de destino, porque hoy el oleoducto está y llega hasta Caleta Córdova. Incluso en Pampa del Castillo hubo que hacer un desvío, porque se pasaba de una cota muy alta a una muy baja, entonces se desviaron para evitar cambios de presiones bruscos y golpes de ariete”.
El recuerdo lleva a evocar una etapa de trabajos para Ámoco en el área de Magallanes, donde se perforaron 3 pozos, si bien en un principio había que realizar 7. “Hubo problemas limítrofes, porque estaban corridos los hitos geográficos y era una zona lindante con Chile, entonces hubo que esperar a que se definiera una Comisión de Límites, llamar al Instituto Geográfico Militar y esperar las definiciones. Entonces se hicieron 3 en lugar de 7 pozos, con mayor profundidad para completar la cantidad de metros que se debía perforar”, relata Eduardo en otra de las miles de anécdotas del trabajo de “Canario”.
La empresa hoy
Eduardo Dunaj ha trabajado junto a su padre desde muy chico y hoy es continuador de aquella tarea, que se ve reflejada en los kilómetros de campo recorrido en una importante colección de piedras y objetos que muestra con orgullo, como un complemento a la tarea profesional realizada. Una empresa que se mantiene a la vanguardia de los instrumentos y equipamientos tecnológicos, que sigue siendo una referencia en el sector, más allá de que la actividad no es tan intensa como en el pasado. ¿De qué depende que pueda revitalizarse? “Primero –explica Dunaj-, que se ha tecnificado todo de tal manera que los servicios ya no son requeridos como antes, cuando para construir una planta era necesario nivelar el terreno con servicios topográficos, pero hoy la misma empresa que hace la obra civil cuenta con un nivelador láser, por ejemplo. Antes se nivelaban los oleoductos y se geo referenciaban, pero hoy lo hace la misma operadora o una contratista, si bien nuestra tarea sigue siendo importante, por ejemplo, para demarcar pozos exploratorios, como hicimos hace dos años en El Pedrero, en un servicio para PAE. En ese caso pusimos las estacas, demarcamos la locación, cubicamos el movimiento de suelo y presentamos la monografía para plantear la logística necesaria, una tarea que antes tenía mayor demanda”.