Por Raúl Figueroa) Jorge Ferioli, presidente de la empresa San Jorge Petroelum S.A, expuso durante el Foro de la Industria de los Hidrocarburos AO&G, durante un apartado en el que se apuntó a los “Jóvenes Profesionales”, para detallar el panorama que se abre en materia hidrocarburífera en lo que hace a recursos no convencionales de petróleo y gas. El ejecutivo presentó una proyección según la cual, si se mantiene la actual tendencia declinante, Argentina necesitará importar hacia el año 2030 un total de 722 barcos, a razón de dos por día, con un costo que superaría –incluyendo la compra de petróleo, que empezaría alrededor de 2017 al ritmo de declinación actual- los 350.000 millones de dólares al alcanzar dicho período.
“No hay muchas probabilidades de que en el país se produzcan nuevos hallazgos significativos de yacimientos convencionales –advirtió el ejecutivo- que puedan cambiar de forma significativa la tendencia negativa. De cualquier forma, no hay que bajar el esfuerzo en ese ítem, pero no debemos esperar grandes cambios. Al ritmo actual, con una declinación del 2 por ciento anual, la curva de producción y demanda de petróleo se va a cruzar entre 2016 y 2017, es decir que desde ese momento empezará a importar petróleo, lo que se suma en la balanza comercial a la creciente compra de gas que ya viene realizando en el mercad externo”.
Consultado por Desarrollo tras su presentación en el marco del evento “Jóvenes AOG” acerca de cómo se superarán los desafíos ambientales que plantea el fracking, el empresario respondió: “esto se va a lograr a través de una buena comunicación con la gente, desde el punto de vista técnico no hay nada que superar porque los riesgos son mínimos y se toman todas las medidas, más recaudo no hay. La experiencia de otros países muestra que es posible hacerlo, porque tiene bajo impacto ambiental, porque algo que ocurre a 2.000 ó 3.000 metros de profundidad es muy difícil que se comunique con la superficie, porque los pozos están aislados, tienen casing y cemento, porque el primer interesado en que la producción llegue a la superficie es el operador y esto va más allá de la responsabilidad ambiental, porque necesita la producción para recuperar su inversión y no para que se pierda en otro lado”.
En ese plano, el ejecutivo ponderó que es posible reutilizar gran parte del agua inyectada en los procesos de fractura, si bien se requiere también “una porción de agua dulce porque no todo lo que se inyecta vuelve a la superficie”.
Para Ferioli, que habló ante un auditorio compuesto de jóvenes estudiantes de carreras vinculadas a la actividad petrolera, Argentina deberá recurrir a los recursos no convencionales para evitar el costo de la creciente importación de hidrocarburos. Al sumar la importación de gas y petróleo, estimó el costo de esa compra externa en alrededor de 350.000 millones de dólares, lo que graficó en el salto que daría, por ejemplo, la actual compra externa de gas licuado de petróleo, situada en 84 barcos anuales: “En 2030, se necesitarían 730 barcos anuales, alrededor de 2 por día, con un costo anual de 35.000 millones de dólares anuales. La explotación de los recursos no convencionales es virtuosa por varios aspectos, empezando por la cantidad de empleos calificados que creará y porque el Estado se llevaría en impuestos el doble de lo que gana el operador, solamente en el primer eslabón de una cadena muy amplia. Son tantas las ventajas y posibilidades que se abren, que uno siente impotencia para poder transmitirlas en su totalidad”.