Grifo

La discusión de las prórrogas de concesiones petroleras es central para el futuro de Comodoro Rivadavia. Una ciudad que genera riquezas que engrosan arcas nacionales y provinciales, pero que no tiene suficiente agua para consumir por no contar con fondos que solventen las inversiones necesarias, no tiene suficientes docentes en sus aulas porque el alto costo de vida de la región desalienta la inserción laboral en el sector público (lo mismo con médicos, policías, etc) y cuenta cada día la extensión de villas miserias, profundizando a su vez los problemas de infraestructura. En la discusión se apunta a establecer nuevos  criterios distributivos de la renta petrolera, de manera que la ciudad apunta a triplicar sus actuales ingresos por este concepto. Será imprescindible también observar qué  acuerdos y soluciones se establecen para sanear el pasivo ambiental, aquel que impide la urbanización de alrededor de 2.000 manzanas, afectadas por radios de seguridad de pozos mal sellados. No se trata sólo de dinero, sino de las asignaciones específicas para  el mismo. En 2007, el ex gobernador Mario Das Neves renegoció el contrato de PAE y se suponía que 60 millones de dólares vendrían para la zona sur (a valores de hoy, por ejemplo, sería similar al costo actual de la obra “repotenciación del acueducto”). Hasta ahora nadie sabe decir si llegaron o, si lo hicieron, en qué se invirtieron. Mientras tanto, Comodoro sigue cerrando el grifo hacia adentro, para cuidar las pocas gotas de agua con que suele saciar su sed.