Los 6.000 metros cúbicos de agua que prevé utilizar YPF para el pozo exploratorio en busca de recursos no convencionales en el área Escalante-Trébol no provendrán de fuentes de agua dulce, sino que serán obtenidas de procesos de deshidratación de petróleo. Esta fue una de las principales definiciones dadas a conocer durante la audiencia pública realizada por el Ministerio de Ambiente de la Provincia en torno al estudio de impacto ambiental presentado por la compañía para esta iniciativa.
La información fue brindada por Víctor Pelayes, gerente de Relaciones Institucionales para Actividades Exploratorios de YPF, quien explicó que dicha metodología fue resuelta en base a las observaciones que se formularon en audiencia anterior, cuando se trató el proyecto de perforación en la zona de Confluencia, en cercanías de Río Mayo, también en la provincia de Chubut.
En aquel primer pozo se contempla utilizar 8.200 metros cúbicos de agua, aunque averiguaciones posteriores de Desarrollo permitieron establecer que en ese caso no se aplicará la metodología elegida para Escalante-Trébol, sino que se mantiene la tesitura de extraerla del río que se ubica en cercanías del lugar de exploración.
En aquel primer caso, los organismos vinculados al Ministerio de Ambiente formularon alrededor de 50 observaciones, que deben ser respondidas por la compañía petrolera, a fin de avanzar con el proyecto de exploración.
Durante la presentación, realizada el viernes 16 de noviembre, se detalló además que la cañería guía del pozo comprende el entubado total de la columna, hasta los 3.900 metros de profundidad, para proteger los acuíferos que podrían existir en las distintas capas. Se precisó además que la columna está preparada para resistir, en los puntos de punzado, presiones de hasta 11.000 psi.
Vale recordar que el sistema está vinculado con el tipo de actividad que requiere la exploración y eventual extracción de recursos no convencionales.
Tal como informó este suplemento en ediciones anteriores, la primera condición para que exista un yacimiento es la presencia de una roca generadora o madre, de carácter sedimentario compuesta por partículas pre existentes que se van acumulando, tornándose rica en materia orgánica; a medida que siguen cayendo los sedimentos aumenta la temperatura y presión, lo que hace que la materia orgánica se transforme en gas o petróleo.
El otro elemento para la existencia de un yacimiento es la roca reservorio o almacén, ésta es una roca porosa que aloja el hidrocarburo, que migró desde la generadora y queda en el reservorio. En los yacimientos comunes la roca generadora genera gas y petróleo, éste circula y va a parar a la roca reservorio, si hay una trampa. La diferencia está en que en los no convencionales, no migra. Se genera en la roca generadora y queda inserto en los infinitesimales poros que pueda tener la roca generadora, de donde hay que extraerlos.
La dificultad está en que la roca tiene poros muy pequeños, los que alojan el petróleo o gas, por lo que hay que fracturar la roca para extraerlos. Para ello se requiere que al llegar a determinada profundidad del pozo, se haga un bombardeo con partículas de arena sintética (5%), inmersa en un gran caudal de agua (95%), a alta presión, con una concentración de productos químicos para no desarmar la roca. Generalmente, desde un pozo vertical se conectan múltiples pozos cuasi horizontales para la fractura.
Al explicar las prevenciones adoptadas en la fractura, con un punzado que se hace entre los 3.500 y 3.800 metros de profundidad, cada 70 metros y con colocación de tapón y packer en cada punto para aislar la fractura, el ingeniero Ricardo Clavijo (encargado del proyecto) afirmó que “es imposible que los fluidos puedan salir o fluir hacia la superficie o a otras zonas; si hubiera fallas en la zona, la consecuencia es que la fractura se pierde porque el fluido se diseminaría hacia otro reservorio, diluyéndose”.